En la página web “Agencia
de Calidad de la Educación” hemos encontrado una serie de indicadores a
comentar.
El primero de ellos es la
“autoestima académica”. Se trata de un indicador que tiene en cuenta la
valoración del autoconcepto del alumno, es decir, cómo se percibe el estudiante
en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Por tanto, tiene en cuenta las
percepciones y actitudes de los estudiantes. Este indicador tiene como ventaja
que sirve para detectar las actitudes negativas de los alumnos hacia el
aprendizaje y permite actuar sobre estas actitudes y modificarlas.
Otro indicador es el
“clima de convivencia escolar”, que tiene como ventaja que permite conocer el
contexto en el que está inmerso el centro educativo, el ambiente interno de la
institución y las relaciones interpersonales que se establecen entre los diferentes
agentes educativos.
En relación a la
“participación y formación ciudadana”, este indicador evalúa el sentido de
pertenencia a la escuela que tienen los diferentes agentes educativos
considerando sus percepciones y actitudes. Es importante poner en marcha este
sistema de evaluación en nuestras escuelas, puesto que este sentido de
pertenencia va a determinar el compromiso de los agentes implicados con la
institución escolar.
Por otro lado, tener en
cuenta los “hábitos de vida saludable” de los estudiantes es importante porque
esta variable influye directamente en el aprendizaje de los alumnos. Para dar
con esta información, es preciso partir de las percepciones y actitudes de los
alumnos.
Otro indicador es la
“asistencia escolar” que es clave para que los estudiantes desarrollen los conocimientos, habilidades
y actitudes que se espera que aprendan durante la educación escolar, y promueve
el desarrollo de la responsabilidad, para que así asistan regularmente a
clases.
En cuanto a la “retención
escolar” es la capacidad que tiene la comunidad educativa para lograr la
permanencia de sus estudiantes en el sistema de educación formal y su ventaja
es que los alumnos durante la etapa escolar aprenden a desarrollar habilidades,
conocimientos y actitudes.
Seguidamente la “equidad
de género”. Su ventaja es que se desarrolla plenamente un trato equitativo ya
que se transmiten expectativas similares a hombres y a mujeres respecto de su
rendimiento y su futuro académico y laboral.
Y por último la
“titulación técnico-profesional” que tiene como ventaja lograr competencias que
les faciliten acceder y desarrollarse a los estudiantes óptimamente en el
ámbito laboral.
El conocimiento de todas
estas variables tiene como ventaja el partir de las particularidades de los
alumnos y ajustar la enseñanza a las mismas, promoviendo buenos hábitos hacia
el proceso de enseñanza-aprendizaje y teniendo en cuenta las necesidades y la
diversidad del alumnado, trabajando la individualización.
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