jueves, 10 de diciembre de 2015

REFLEXIÓN CRÍTICA SOBRE LOS INDICADORES DE CALIDAD

En la página web “Agencia de Calidad de la Educación” hemos encontrado una serie de indicadores a comentar.
El primero de ellos es la “autoestima académica”. Se trata de un indicador que tiene en cuenta la valoración del autoconcepto del alumno, es decir, cómo se percibe el estudiante en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Por tanto, tiene en cuenta las percepciones y actitudes de los estudiantes. Este indicador tiene como ventaja que sirve para detectar las actitudes negativas de los alumnos hacia el aprendizaje y permite actuar sobre estas actitudes y modificarlas.
Otro indicador es el “clima de convivencia escolar”, que tiene como ventaja que permite conocer el contexto en el que está inmerso el centro educativo, el ambiente interno de la institución y las relaciones interpersonales que se establecen entre los diferentes agentes educativos.
En relación a la “participación y formación ciudadana”, este indicador evalúa el sentido de pertenencia a la escuela que tienen los diferentes agentes educativos considerando sus percepciones y actitudes. Es importante poner en marcha este sistema de evaluación en nuestras escuelas, puesto que este sentido de pertenencia va a determinar el compromiso de los agentes implicados con la institución escolar.
Por otro lado, tener en cuenta los “hábitos de vida saludable” de los estudiantes es importante porque esta variable influye directamente en el aprendizaje de los alumnos. Para dar con esta información, es preciso partir de las percepciones y actitudes de los alumnos.
Otro indicador es la “asistencia escolar” que es clave para que los estudiantes desarrollen los conocimientos, habilidades y actitudes que se espera que aprendan durante la educación escolar, y promueve el desarrollo de la responsabilidad, para que así asistan regularmente a clases.
En cuanto a la “retención escolar” es la capacidad que tiene la comunidad educativa para lograr la permanencia de sus estudiantes en el sistema de educación formal y su ventaja es que los alumnos durante la etapa escolar aprenden a desarrollar habilidades, conocimientos y actitudes.
Seguidamente la “equidad de género”. Su ventaja es que se desarrolla plenamente un trato equitativo ya que se transmiten expectativas similares a hombres y a mujeres respecto de su rendimiento y su futuro académico y laboral.
Y por último la “titulación técnico-profesional” que tiene como ventaja lograr competencias que les faciliten acceder y desarrollarse a los estudiantes óptimamente en el ámbito laboral.

El conocimiento de todas estas variables tiene como ventaja el partir de las particularidades de los alumnos y ajustar la enseñanza a las mismas, promoviendo buenos hábitos hacia el proceso de enseñanza-aprendizaje y teniendo en cuenta las necesidades y la diversidad del alumnado, trabajando la individualización.

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